Es otra de las casas solariegas que componen el patrimonio civil de esta localidad. Se caracteriza por una fachada compuesta por sillar almohadillado y piedra, la puerta principal está coronada con el escudo familiar. Al igual que la anterior, al ser una casa privada solo se puede visitar el exterior.
Casa solariega del siglo XVIII, cuna de la ganadería jijona a manos de los hermanos Sánchez-Jijón.
Obra del siglo XVI, situada en el llamado Balcón de La Mancha, en las estribaciones de los Montes de Toledo, desde donde se aprecia la llanura manchega.
Fue Villarrubia el segundo lugar de la Mancha donde fundaron los Capuchinos castellanos. Dio ocasión a esta fundación el hecho de que D. Pedro Sánchez Conejero, vecino de esta villa y casado con Doña Catalina Zamora, en su testamento redactado el 25 de enero de 1619, dejase sus bienes paro que se edificase un convento de "frailes Franciscos Descalzos". Por otra parte la hermana de D. Pedro en su testamento de 16 de agosto de 1616, dejo 2.000 ducados para el mismo fin.
Al oeste de Villarrubia de los Ojos nos encontramos con la “Fuente de la Hontanilla”, un paraje donde brotaban las aguas de la sierra.
Actualmente se denomina” Glorieta del Pato” haciendo alusión a un pilón con la figura de un pato que arrojaba agua por el pico que se encontraba en este lugar.
¿Cómo surgió en Villarrubia de los Ojos, la Comunidad de Religiosas Clarisas de Ntra. Sra. de la Soledad ? Trataré de describirlo a grandes rasgos. Allá por el año 1564, fue fundado en Alcázar de San Juan un Monasterio franciscano del que tomaron posesión Religiosas de Sta. Clara, las que en observancia de su Regla siguieron su vida.
El Monumento al Cofrade, que se encuentra muy cerca de la casa solariega Díaz-Hidalgo, es una obra de Francisco Javier Fariñas, inaugurada en marzo de 2018.
La Etnología es el esfuerzo por conservar las tradiciones y cultura de un determinado lugar. Por ello, la creación del Museo Etnográfico San Isidro en Villarrubia de los Ojos, responde al deseo de conservar y difundir el patrimonio, las tradiciones y la cultura que ha ido configurando con el paso del tiempo nuestra propia identidad.
La Plaza de la Constitución - de la Constitución de 1978, porque otras anteriores Cartas Magnas también la han denominado - es, sin duda, el centro de la actividad política, económica, social y aún cultural y de ocio de Villarrubia de los Ojos. Pues bien, de las transformaciones vamos a tratar ahora, cuando la más importante hace pocos años que se ha operado.
Muy poco o casi nada que sepamos hay escrito sobre la antigüedad y sobre como ha llegado a nuestros días el Templo de la Iglesia Parroquial Ntra. Sra. de la Asunción de Villarrubia de los Ojos.
Durante las campañas y expediciones de los reyes castellanos contra las posiciones musulmanas establecidas en el castillo de Consuegra, a finales del siglo XI, la ermita de Ntra. Sra. de la Sierra y el castillo de Villarrubia se encontraban emplazados en lo que suele denominarse como tierra de nadie, una zona caracterizada por un sistema de vida basado en el nomadismo de sus habitantes, sometidos a la ocupación musulmana y al paso incesante de las levas cristianas.
Corría el año de 1881. La torre de la Iglesia parroquial amenazaba ruina. Exigía su pronta reparación o, al menos, el derribo del cuerpo más dañado (el que se alzaba sobre el último de los que ahora tiene) en el que, desde tiempo inmemorial, estaba colocado el reloj de la Villa.
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